Cistoscopia es un procedimiento que los médicos usan para observar el interior de la vejiga urinaria y la uretra (el tubo que conecta la vejiga con el exterior del cuerpo). Se hace con un cistoscopio, un tubo delgado y que tiene en un extremo una luz y un lente o una pequeña cámara de video.
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La cistoscopia es un procedimiento médico que permite al especialista examinar el interior de la vejiga y la uretra utilizando un instrumento llamado cistoscopio. Este dispositivo es un tubo delgado y flexible equipado con una cámara y una fuente de luz en su extremo, lo que facilita la visualización detallada de las vías urinarias inferiores.
Este examen se realiza para diagnosticar y, en algunos casos, tratar problemas urinarios como infecciones recurrentes, presencia de sangre en la orina, dolor al orinar, incontinencia o anomalías detectadas en estudios previos como ecografías o tomografías.
La cistoscopia generalmente se realiza de forma ambulatoria y bajo anestesia local para minimizar cualquier molestia. Durante el procedimiento, el cistoscopio se inserta suavemente a través de la uretra hasta llegar a la vejiga. Es posible que sienta una leve presión o ganas de orinar, pero el proceso suele ser rápido y bien tolerado.
Después del examen, es normal experimentar una sensación de ardor al orinar o notar una pequeña cantidad de sangre en la orina, síntomas que suelen desaparecer en pocas horas o días. Se recomienda beber abundante agua para ayudar a eliminar cualquier irritación y facilitar la recuperación.
Es importante que consulte cualquier duda o preocupación con su médico antes del procedimiento. Ellos le proporcionarán información detallada sobre cómo prepararse y qué esperar durante y después de la cistoscopia, asegurando así su comodidad y seguridad.